TRAS UNA GRAN MARCA,
SIEMPRE HAY UN GRAN LÍDER
GONZALO BRUJÓ
Presidente Global del Grupo Interbrand.
La llegada del cacao a nuestro país es, como tantas otras historias, desconocida. Sabemos que ocurrió en el siglo XVI y que arribó a las costas españolas en una galera.
La embarcación -quién sabe- quizá atracó en Cádiz. En ese caso, sería una maravillosa casualidad que la tacita de plata, antigua puerta de Europa, se pasee a lo largo y ancho del mundo cinco siglos después gracias a una marca de chocolates: Pancracio. Que es, ni más ni menos, que la obra magna de mi que- rido amigo Pedro Álvarez.
La Edad Moderna fue una época apasionante marcada por los descubrimientos, por el ansia de conocer. En ese sentido, Pedro es un hombre moderno, pues ha emulado a lo largo de su vida a esos científicos, pensadores y aventureros en un viaje por todo el mundo para empaparse de todos los secretos de su gran pasión, el chocolate.
Con esa pasión que va más allá de cualquier beneficio económico y con un profundo saber sobre las marcas, Pedro concibió Pancracio, un sinónimo contemporáneo de calidad, esmero, estética… De metalujo, en resumidas cuentas, entendiendo este concepto como una gestión basada en el conocimiento, el propósito y la búsqueda de la atemporalidad gracias a una experiencia y un producto únicos. Con una visión nítida de aquello que se quiere construir, nutrida por un bagaje cultural riquísimo, Pedro ha emulsionado estrategia, creatividad y gastronomía, dando lugar a una marca que es una aventura única y apasionante.
¿Es la pasión lo que se esconde tras un gran líder? Quizá sea el talento, quizá la suerte. Personalmente, apuesto por el líder que se define por su inagotable capacidad de aprender. Solo así se puede innovar en un sector no muy acostumbrado a las novedades. Esa debe de ser la clave. No dejar de sorprenderse nunca. Seguir mirando al horizonte.